Soy Johnny Branchizio, he sido músico desde siempre, guitarrista, compositor y productor etc. Supongo que hacer música para expresar lo que las imágenes quieren decir, me ha acercado por primera vez, al mundo audio visual desde la posición de la creación, y hasta entonces, había sido un amante del cine en general.

Cuando viajé en 2018 al sureste asiático, empecé a crear dentro de mi una historia, la historia de mi viaje personal en Laos y así di forma a mi primer documental.

De alguna forma conjugaban perfectamente la música, el cine y los viajes, las cosas que siempre me habían apasionado.

Después del documental, se abrió una nueva puerta al canal “Andar la vida” donde me planteo seguir teniendo experiencias personales a través del viaje y el conocimiento.

Luang Prabang

Es famosa por sus templos de origen budista, antiguamente capital del reino de Lang Xang. La ciudad empezó a poblarse de monjes budistas, de la rama therevada.

Mis experiencias de viajes, son unas sobredosis de oxígeno, creatividad y sentimiento de libertad que aparecen justamente por tener planes fijos. El concepto de viaje es de manera intrínseca una evolución de mí mismo, es decir: la persona ya es el viaje, nacemos y seguimos viajando y cuando hay una acción leal, en el sentido de que el que viaja es el de verdad, no hay condiciones sobre el que hacer o el que no hacer, y se deja llevar por lo que realmente encuentra durante el camino, entonces este es el viaje para mí.

Laos, es una experiencia que me lo pone fácil por su cultura basada en el esencialismo, todo es básico, sencillo y no sobra nada y en este equilibrio la gente vive el presente en una comunidad serena.

El hecho de poder compartirlo atreves del canal, lo hace más completo, ya que cuando hablo a la camera, estoy realmente hablando a alguien que me está acompañando, hay momentos que se me olvida que tengo la camera en las manos y solo me dejo llevar, esta es una experiencia nueva y muy interesante.

La acumulación de tantas experiencias se hace una pieza única al final que se guarda a dentro como única y irrepetible.